El Templo Santuario de Nuestra Señora de la Visitación de Ancuya es un importante centro de devoción mariana en el departamento de Nariño, Colombia. Su historia está marcada por la profunda fe de la comunidad y por la tradicional leyenda de la «Virgen Andariega», que simboliza la identidad y el arraigo religioso del pueblo. Este santuario, de imponente arquitectura, es un punto de referencia en la región y acoge a miles de fieles cada año.
Historia:
La veneración a la Virgen de la Visitación tiene sus raíces en el siglo XVI, cuando la imagen formaba parte de las tallas traídas por los padres Mercedarios y Franciscanos en la época colonial. Según la tradición, la imagen fue trasladada a la nueva población de Ancuya por el indígena Juan María, pero los habitantes de la comunidad original, conocida como Aguada o Pueblo Viejo, la reclamaban como suya. En un episodio que dio origen a la leyenda de la Virgen Andariega, la imagen fue llevada en secreto de un pueblo a otro en varias ocasiones, hasta que finalmente se estableció en su actual ubicación.
Arquitectura:
El santuario es una majestuosa edificación de estilo románico, caracterizada por su alta cúpula y una torre decorada que se distingue en el paisaje. Su imponente presencia es visible desde la carretera que conecta Consacá con Sandoná, convirtiéndolo en un referente arquitectónico y espiritual de la región. El templo cuenta con amplios espacios para la congregación de los fieles y una estructura diseñada para resaltar la solemnidad y la belleza de la imagen de la Virgen.
Patrimonio cultural:
La devoción a Nuestra Señora de la Visitación es el eje de las festividades religiosas de Ancuya, especialmente cada 2 de julio, cuando se conmemora la visita de la Virgen María a su prima Santa Isabel. Durante estas celebraciones, se realizan peregrinaciones y romerías, destacando la procesión por el antiguo camino que unía Sandoná con Ancuya. En un costado del santuario, las placas conmemorativas atestiguan los milagros atribuidos a la Virgen, consolidando su papel como símbolo de fe y esperanza para los devotos.