El cuy asado es uno de los tesoros gastronómicos más representativos de Nariño y un verdadero legado de las culturas Quillasingas y Pasto. Este plato ancestral andino no solo alimenta el cuerpo, sino que también guarda un profundo valor cultural y simbólico, pues desde tiempos antiguos ha estado presente en rituales, celebraciones comunitarias y encuentros festivos.
Su preparación mantiene la tradición: el cuy, cuidadosamente seleccionado a los tres meses de edad para asegurar su textura suave y sabor único, se asa entero a la parrilla hasta lograr una piel crujiente y una carne jugosa. El resultado es un manjar que se disfruta acompañado de papas criollas pastusas, maíz pira y una deliciosa salsa de maní con ají, que realza cada bocado con un toque auténtico y lleno de carácter.
Más allá de su exquisitez, al cuy se le atribuyen propiedades nutritivas e incluso afrodisíacas, lo que lo convierte en el invitado de honor en bodas, grados, fiestas patronales y, por supuesto, en el majestuoso Carnaval de Negros y Blancos, donde se convierte en símbolo de tradición y alegría compartida.
Probar el cuy en Nariño, no es solo degustar un plato típico, es vivir una experiencia cultural que conecta con la historia y el corazón de los Andes.