Cumbal

Municipio de Cumbal: Tierra de Agua, Cultura y Turismo Ancestral

El municipio de Cumbal, ubicado al suroccidente del departamento de Nariño y fronterizo con la República del Ecuador, es uno de los territorios más representativos de la riqueza natural, espiritual y cultural de Colombia. Con una población estimada de más de 38.000 habitantes, la mayoría perteneciente a comunidades indígenas del pueblo Pasto, Cumbal se erige como un referente de identidad ancestral, biodiversidad, espiritualidad y gobernanza comunitaria. Este municipio está compuesto por cinco resguardos indígenas: Gran Cumbal, Panan, Chiles, Mayasquer y la comunidad Inkal Awa del río Nulpe y San Juan, lo que refuerza su carácter pluricultural y su cosmovisión centrada en el cuidado de la vida, el agua y la tierra.

Cumbal está rodeado por los imponentes volcanes Chiles y Cumbal, considerados sagrados por las comunidades indígenas. Estas montañas no solo son guardianes del territorio, sino también fuentes de nacimiento de aguas subterráneas y superficiales que dan vida a los páramos, lagunas y bosques andinos. De hecho, el municipio forma parte de la región panamazónica, destacándose por su importancia en la producción de agua y oxígeno, así como por su biodiversidad.

El territorio de Cumbal presenta una variada geografía que incluye altiplanos, zonas montañosas y relieves quebrados. El casco urbano se divide en dos zonas: el Pueblo Viejo y el Nuevo Pueblo de Cumbal, este último reconstruido tras el terremoto de 1923. Su historia es rica en procesos de resistencia indígena, como la recuperación de tierras y la reivindicación de los títulos coloniales ancestrales. Este legado se mantiene vivo gracias a los procesos de gobernanza cosmocrática, donde los cabildos indígenas ejercen autoridad en armonía con los principios de dualidad, reciprocidad y espiritualidad.

Turismo en Cumbal

El turismo en Cumbal ha emergido como un eje estratégico de desarrollo dentro del Plan de Desarrollo Territorial “Apu Cumbal: Agua, Paz y Vida para el Territorio” 2024–2027. Desde esta perspectiva, el turismo no se concibe únicamente como una actividad económica, sino como una oportunidad para visibilizar y fortalecer la cultura ancestral, la biodiversidad, los saberes tradicionales y los valores espirituales de los pueblos originarios.

La riqueza natural de Cumbal permite ofrecer múltiples experiencias turísticas que conectan al visitante con la naturaleza y la espiritualidad del territorio. Los principales atractivos turísticos incluyen:

  • Volcán Cumbal y Volcán Chiles: Considerados guardianes espirituales, estos volcanes ofrecen rutas de senderismo, experiencias místicas y vistas impresionantes. Son espacios ideales para la meditación, la conexión con la naturaleza y la fotografía paisajística.
  • Laguna de la Bolsa: Un cuerpo de agua sagrado que según la cosmovisión pasto representa el útero de la madre tierra. Sus aguas, consideradas medicinales, están rodeadas por paisajes únicos y mitos ancestrales.
  • Río Blanco, río Shauquer y quebradas sagradas: Estos afluentes, nacidos en los páramos, son venerados por su energía espiritual y son escenario de caminatas ecológicas y rituales tradicionales.
  • Sitios arqueológicos como Güel, Mundo Nuevo y La Guada-Miraflores: Lugares donde reposan vestigios de las culturas prehispánicas Capulí, Piartal y Tuza. Estos sitios son puntos estratégicos para el turismo histórico y cultural.
  • Resguardos indígenas y veredas ancestrales: Los resguardos de Cumbal ofrecen experiencias de turismo comunitario, donde los visitantes pueden conocer la organización cosmocrática, participar en mingas, consumir alimentos tradicionales como la chicha, el mote, el cuy, y aprender sobre el tejido, la medicina tradicional y las prácticas rituales.
  • Eventos culturales y rituales del calendario indígena: Las fiestas del Inti Raymi (Fiesta del Sol), los rituales de agradecimiento a la madre tierra y las celebraciones de cosecha son momentos propicios para integrar el turismo con la identidad espiritual del pueblo Pasto.

Planes Turísticos en Cumbal

Dentro del enfoque de “Economías para la vida”, el turismo en Cumbal se integra como una alternativa de desarrollo sustentable, resiliente e inclusivo. El Plan de Desarrollo Territorial propone líneas estratégicas para consolidar una oferta turística basada en el respeto por la naturaleza y la cultura. Entre las principales iniciativas y planes turísticos destacan:

  1. Fortalecimiento del turismo comunitario: A través de asociaciones locales, se busca promover rutas ecoturísticas, alojamiento en casas tradicionales, y la participación directa de las comunidades indígenas en la gestión del turismo, garantizando la redistribución justa de los beneficios económicos.
  2. Formación de guías turísticos indígenas: Se están capacitando jóvenes y sabios en guianza turística con enfoque en cosmovisión ancestral, patrimonio cultural e interpretación ambiental, bajo el registro del RNT (Registro Nacional de Turismo).
  3. Promoción de alojamientos rurales y gastronómicos: La adecuación de viviendas tradicionales como posadas, restaurantes con oferta gastronómica típica (mote, chapil, cuy, champús, etc.) y puntos de venta de artesanías son parte de la infraestructura proyectada.
  4. Diseño de circuitos turísticos integrados: Rutas como “Del Agua Sagrada al Volcán” o “Caminos de los Abuelos” permiten integrar paisajes, mitología y experiencias vivenciales en una propuesta coherente de turismo espiritual, ecológico y pedagógico.
  5. Alianzas con agencias y promoción nacional/internacional: El municipio trabaja para posicionar a Cumbal como destino turístico de naturaleza y cultura a nivel regional, nacional e internacional, mediante alianzas institucionales y la participación en ferias y eventos.
  6. Conservación y señalización de sitios turísticos: Se incluye el mejoramiento de la infraestructura vial, señalización multilingüe (incluyendo lengua Pasto), reforestación de áreas turísticas y control de visitantes para proteger ecosistemas sensibles.

En síntesis, Cumbal se proyecta como un territorio donde el turismo va más allá de lo recreativo, convirtiéndose en un instrumento para la defensa del territorio, la valorización de la cultura indígena y la construcción de economías sostenibles. Este modelo de turismo sagrado y comunitario es ejemplo de cómo los pueblos originarios pueden liderar procesos de desarrollo desde su sabiduría ancestral, en armonía con la naturaleza y con visión de futuro.

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