El café de Nariño es un verdadero embajador de la calidad colombiana en el mundo. Reconocido internacionalmente por su aroma envolvente, acidez brillante y notas afrutadas, este grano especial nace en los cafetales que se extienden entre 1.700 y 2.200 metros sobre el nivel del mar, en municipios como La Unión, Buesaco, Colón y Arboleda. Allí, el clima fresco de montaña y los suelos volcánicos del sur andino crean las condiciones perfectas para cultivar un café único, con matices florales y cítricos que conquistan a los paladares más exigentes.
Más que una bebida, el café en Nariño es tradición y cultura. Su preparación conserva la esencia ancestral: los granos, tostados de manera artesanal, se muelen en piedra o molino manual y se infusionan lentamente en olla con filtro de tela, dando vida al famoso tinto de olla, intenso y aromático, que acompaña los desayunos familiares y las tertulias en cada rincón del departamento.
El orgullo cafetero se celebra en escenarios como la Feria de “La Mejor Taza de Nariño, donde productores locales exhiben su dedicación y amor por la tierra, consolidando a Nariño como parte esencial del “Mundo Andino Cafetero”.
Degustar una taza de café nariñense no es solo disfrutar de una bebida: es vivir la historia, el paisaje y la pasión de su gente, en un sorbo que despierta los sentidos y conecta con la esencia de los Andes.