
Las empanadas de añejo son un ícono del altiplano nariñense, una fritura dorada y crujiente que encierra en su interior toda la esencia de la cocina campesina andina. Su secreto está en la masa de maíz fermentada, conocida como masa añeja, que al ser frita adquiere un color dorado intenso y una textura inconfundible.
El relleno más tradicional es de carne de res sazonada, con trozos de papa y guiso de cebolla con arveja o arroz. Servidas calientes y recién fritas, las empanadas suelen acompañarse con ají o curtido, elevando aún más la experiencia gastronómica.
Más que un simple alimento, las empanadas de añejo son un símbolo cultural. Están presentes en ferias, mercados locales y celebraciones festivas, donde convocan a propios y visitantes alrededor del sabor tradicional del maíz fermentado combinado con ingredientes típicos de Nariño.
Probar una empanada de añejo es viajar al corazón de los Andes nariñenses, donde cada bocado cuenta la historia de la tierra, el maíz y la creatividad de su gente.