Ubicado sobre una imponente peña en San Pablo, Nariño, junto a la orilla del río Mayo, el Santuario de Nuestra Señora de La Playa es un majestuoso templo de que se ha convertido en un importante destino de peregrinación. Su historia, marcada por la fe y la devoción, lo ha consolidado como un símbolo religioso y cultural en la región.
Historia
La devoción a la Virgen de la Playa se remonta a 1852, cuando el coronel Manuel Fernández de Córdoba, refugiándose entre las rocas, pintó una imagen rústica de la Virgen junto al Niño Jesús. Con el tiempo, la imagen se fue desvaneciendo, pero en 1908 sus devotos construyeron una choza para peregrinaciones y retocaron la pintura. Un año después, se erigió el primer templo oficial, y en 1911, la Virgen se apareció a la madre Rosa María Guerrero, de la comunidad bethlemita. Esto atrajo visitantes de diversas partes del mundo, impulsando la construcción del actual santuario en 1927.
Arquitectura
El santuario es una joya arquitectónica de estilo neogótico, con una estructura imponente que se adapta al relieve rocoso del lugar. Posee tres naves, cada una con bóvedas, y en la nave central se conserva una pared de roca donde permanece la imagen de la Virgen, la cual ha sido modificada por diversos artistas a lo largo del tiempo. La combinación de la naturaleza con la arquitectura gótica le otorga un carácter místico y solemne.
Patrimonio Cultural
Más que un lugar de culto, el Santuario de Nuestra Señora de La Playa es un símbolo de la identidad religiosa de San Pablo. Su reconocimiento se consolidó el 6 de junio de 2001, cuando la Virgen fue coronada en un evento histórico para la comunidad. Hoy en día, el sitio continúa siendo un punto de peregrinación y un patrimonio cultural que fortalece la fe y el turismo religioso en la región del norte de Nariño.