La imponente Bahía de Tumaco es la gran puerta del océano Pacífico hacia la costa nariñense, un escenario donde la naturaleza despliega toda su riqueza y diversidad. Este paraíso marino, comprendido entre Punta del Cocal (en la frontera con Ecuador) y Punta Cascajal, en el municipio de Francisco Pizarro, abarca un vasto territorio de belleza incomparable y abundante vida marina.
Sus aguas cálidas y cristalinas conforman un importante banco de peces y ecosistemas biodiversos, hogar de especies únicas que sustentan la vida de las comunidades costeras. En sus alrededores se encuentran hermosas playas bañadas por las olas del Pacífico, ideales para disfrutar del sol, el mar y la hospitalidad de su gente. La ciudad de San Andrés de Tumaco, conocida como “La Perla del Pacífico”, se asienta en esta zona costera junto a numerosas veredas pintorescas, donde la tradición afrodescendiente, la música y la gastronomía hacen vibrar el espíritu del visitante.
El mar que bordea la isla de Tumaco no solo embellece el paisaje, sino que también provee riquezas marinas que impulsan la economía local. La pesca artesanal y la recolección de moluscos como ostras, almejas, ostiones, pianguas, caracoles, pata de burro y calamares son parte esencial de la vida cotidiana y del sustento de las comunidades, tanto para el consumo local como para la exportación.
Visitar la Bahía de Tumaco es sumergirse en un entorno donde el mar, la cultura y la naturaleza se fusionan en una experiencia única: un destino que encanta por su autenticidad, biodiversidad y encanto tropical, invitando a descubrir el alma viva del Pacífico nariñense.