Ubicado en el corazón de Túquerres, el Templo de San Pedro Apóstol es uno de los íconos religiosos más importantes del sur de Nariño. Su presencia domina el parque principal y es punto de encuentro para la comunidad. Este templo no solo representa la fe católica, sino también la historia y el esfuerzo colectivo del pueblo tuquerreño. Su valor trasciende lo espiritual y se convierte en símbolo de identidad local. A lo largo de los años, ha sido escenario de celebraciones, procesiones y actos culturales. Es un lugar que reúne generaciones enteras. Su historia lo hace parte viva del municipio.
Historia
El origen del templo se remonta a 1800, cuando se construyó una iglesia de tapia. En ella ocurrió el asesinato del corregidor Rodríguez Clavijo, hecho que marcó al pueblo. Luego, varios terremotos destruyeron las estructuras que siguieron. En 1952 comenzó la construcción del templo actual, gracias al trabajo de los habitantes y al liderazgo de los sacerdotes. La comunidad donó materiales, dinero y mano de obra. A pesar de las dificultades, nunca se abandonó el sueño de tener un templo digno. La historia del templo es también la historia del pueblo. Su reconstrucción muestra la fuerza de su fe.
Arquitectura
Diseñado por Lucindo Espinosa, el templo posee un estilo neogótico, similar al de la Basílica de Las Lajas. Su fachada es imponente y sus detalles reflejan esmero y belleza. Se usaron materiales como cemento armado, madera de granadillo y mármol importado. En su interior destacan los vitrales, el altar mayor y los techos altos. La iluminación natural resalta la paz del lugar. A través del tiempo, ha sido embellecido con el apoyo de la comunidad. Cada detalle arquitectónico cuenta una parte de su historia. El templo es también una obra de arte.
Patrimonio Cultural
Más que una construcción religiosa, este templo es símbolo de identidad para los tuquerreños. Ha sido escenario de expresiones de fe, cultura y memoria. La participación activa de la comunidad en su edificación lo convierte en patrimonio vivo. Sus muros guardan la historia del pueblo, sus penas y alegrías. La devoción a San Pedro Apóstol se mantiene fuerte en las generaciones actuales. Hoy en día, es visitado por propios y turistas que reconocen su valor. Es punto de referencia cultural en el departamento. Su legado sigue creciendo con el tiempo.